jueves, 28 de mayo de 2009

Un poco de conductismo para el psicoanalisis.

La libertad emocional produce la libertad psicológica y espiritual, en realidad solo existen dos emociones: el placer y el dolor, o se siente bien o se lastima. La mayoría cree que las dos emociones fundamentalmente son el amor y el miedo, pero estas son en realidad forma de responder al placer o al dolor potencial. El amor significa que queremos acercarnos a algo porque pensamos que nos dará placer; temor significa que queremos alejarnos porque creemos que nos producirá dolor.

Pasamos nuestra vida en la búsqueda de placer y evitando el dolor son diferentes para cada uno. El placer y el dolor surgen de nuestras necesidades. Si tengo antojo de helado de chocolate y tú me das helado de chocolate, interpreto la situación como placentera; si tú tienes alergia al chocolate y alguien te da helado de este sabor, ese obsequio esta relacionado con el dolor. Todo se reduce a la percepción y la interpretación. El ego es el que interpreta las cosas como placenteras o dolorosas, el que siente cualquier cruce sin permiso de sus fronteras como doloroso.


La condición optima y mas adecuada es la del equilibrio, cuando tenemos una turbulencia emocional perturbamos el equilibrio interno natural, lo cual puede obstaculizar nuestra evolución espiritual y hasta desconectarnos de la sincronicidad. Esto significa que las emociones sean dañinas en sí ni que deban evitarse. Como personas, siempre tendremos emociones; es parte de la condición humana. Sin embargo, las emociones extremas nos desvían del auténtico propósito de nuestras vidas. Siempre habrá sucesos o relaciones que desencadenen emociones intensas; siempre habrá cosas que provoquen gran dolor o ansiedad, lo que debemos evitar es quedarnos atascado en una emoción.

Piensa que la vida es un río con dos orillas: placer en una, dolor en otra, la mejor manera para navegar ese río es mantenerse en el medio, avanzar a la misma distancia de las orillas. Si te acercas demasiado a alguna de ellas, pierdes la velocidad y corres el riesgo de encallar. Demasiado placer produce adicción; y demasiado dolor puede eclipsar tu goce de vida

1 comentario:

  1. Hola! me encanto este post tuyo! es cierto... Es una verdad universal el hecho de que todo en exceso hace daño. Pero es importante saber que el dolor es tan necesario como el placer, o quizas mas. Solo hay que reflexionar que como dices, la vida es un rio donde no se puede acercar a ninguna orilla. Mientras nosotros vivimos buscando placer, otros se tienen que sacrificar (llamemolos martires, profetas, o hasta jesus si quieren) por mantener esa balanza, entregando todo el dolor posible para que la humanidad no se acerque a ninguna orilla. Es que, aunque es dificil de aceptar, el placer puede llevar al dolor, y el dolor puede llevar a el placer.

    Muy bueno tu post!
    -Jurhidy

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